HISTORIA DE TEQUISQUIAPAN

EL MUNICIPIO A TRAVÉS DEL TIEMPO.

 

 

HISTORIA PREHISPÁNICA.

 

PRIMEROS POBLADORES:

 

   Por primera vez la aparición del hombre en el Estado de Querétaro, se da en el municipio de Tequisquiapan, en la comunidad de San Nicolás, concretamente en una cueva, conocida como: “Cueva del diablo”, en donde se encontraron  restos óseos en dicho lugar, perteneciente al México Central; esta investigación tiene una antigüedad entre el 5000-2500 a. C., pertenecientes a las etapas del Cenolítico Superior y el Protoneolítico.

 

   Los rasgos de los restos según los estudios indican que eran seres humanos de mediana estatura, con cabeza extendida, parecidos a los del espécimen humano que atravesaron el Estrecho de Bering, entre el continente Asiático y el continente Americano (América del Norte).

 

   El periodo considerado como el de desarrollo de mayor huella en la historia antigua de México, fue la del Protoneolítico, por el cultivo de plantas, en donde la agricultura se convirtió en un elemento básico en la evolución de las poblaciones prehispánicas de nuestro país; provocando un gran cambio extraordinario de las culturas mesoamericanas, adoptándose una vida sedentaria, siendo el fin de la Etapa Lítica.

 

   Se encontraron en esta zona, diferentes tipos de puntas de lanza de flecha o proyectil, labradas en piedra; estos grupos nómadas cazadores recolectores, localizando en esta región con unas  riquezas naturales para subsistir como: un río con mucho agua limpia; con abundantes peces; infinidad de manantiales de agua cristalina; diferentes variedades de semillas: de maíz, frijol, calabaza y chile; árboles frutales; y varios tipos de animales que se encontraban en esta zona, para su consumo personal; marcando una gran diferenciación entre Mesoamérica y Aridoamérica.

 

   Posteriormente de estos periodos, se dieron avances tecnológicos importantes, en donde se elaboraron  herramientas para el pulido de lanzas, hachas, metates, molcajetes y posteriormente la cestería de vara de Sauz y la cordelería. Geográficamente nuestra región esta ubicada en una zona muy rica de tierra fértil, facilitando el desarrollo de la agricultura y de la cerámica; es por eso que los primeros pobladores y posteriormente a los Chichimecas y a los Otomíes,  se les facilito su estancia en estas tierras.

 

 

   Después de “Agualcatepetl” (lugar del cerro de abundante agua) nombre antiguo de San Nicolás, en dirección Noroeste, sobre la Sierra de la Llave, concretamente, en la comunidad de la Trinidad y la de los Cerritos, se instalaron algunos grupos prehispánicos; más adelante en dirección Norte, río abajo, en el lugar conocido como el Barrio de la Magdalena, se apostaron los Chichimecas y después los Otomíes, por ser un lugar codiciado por estos grupos, ya que con las crecientes del río y unas Vegas fértiles para la agricultura con muchos manantiales de aguas termales y cristalinas, frondosos árboles, en especial los de Sauz sobre la rivera del río, árboles frutales en gran variedad, pues todo esto era bien visto por los lugareños y por los visitantes que asistían a comerciar en nuestras tierras, en donde se bañaban dentro de los manantiales de aguas termales, apreciando las virtudes curativas de este preciado liquido.

 

   Los habitantes y visitantes, al escuchar de las virtudes curativas del agua de Tequisquiapan, en donde se aliviaban enfermedades del cuerpo, sobre todo de la circulación de las piernas; los caciques indígenas se reunían en este lugar para acordar pactos políticos, hacer tratos comerciales, se aclaraban dudas o mal entendidos, todo esto motivado por la belleza y tranquilidad que se tenía en la comarca, especialmente ese paraje hermoso que se encuentra en el lugar conocido como “La Pila”.

 

 

   El cacicazgo otomí de Xilotepec, fue el que dio de forma hábil a las conquistas en nuestro Estado, desde Acambay Edo., de México, dirigiéndose río abajo, hasta este valle, facilitando la Evangelización a los Frailes Franciscanos a su llegada a nuestras tierras, dejando y teniendo pueblos pacificados, esto permitió a los españoles hacer su conquista de un modo fácil en Tequisquiapan.     

 

 

 

HISTORIA COLONIAL Y VIRREINAL:

 

ANTECEDENTES HISTÓRICOS: La ambición de riqueza de los españoles, nunca se vio disminuida, ya que Hernán Cortés con sus ejércitos, uno de Ibéricos y otro de Tlaxcaltecas, destruyeron y dominaron el imperio Azteca, el 08 de Junio de 1519. Tiempo después, en 1521, se dan a la tarea de explorar, conquistar y fundar las tierras llenas de fortuna y de misterio.

 

   Con la ayuda de aliados indígenas, las operaciones militares de los españoles tuvieron triunfos, haciéndoles la promesa de recompensarlos con privilegios y títulos especiales, ocasionando con esto que se  engrandecieran sus ejercidos, otorgándoseles de acuerdo a los favores prestados y a la posición social del autóctono, dichos premios eran: vestirse al estilo español; montar a caballo pero sin silla, solo con una salea; poseer tierras productivas; tener algún puesto político; entre otros.

 

 

 

   La pacificación de los Chichimecas de esta zona, fue por ejércitos comandados por caciques indígenas, ya que las tribus de los nativos de esta región, eran muy temidos, por ser muy inteligentes para su defensa, demás de ser muy fieros, muy combativos, con mucho aguante y muy peligrosos. Por eso los Otomíes de Xilotepec se aliaron con los españoles, para eliminar a los Chichimecas; apareciendo personajes Indígenas ya bautizados como: Don Hernando (Fernando) de Tapia, Don Nicolás de San Luís Montañéz, Don Pedro Martín del Toro, Don Valerio de la Cruz, entre otros; quienes fueron los interlocutores en las fundaciones de los nuevos pueblos o villas.

 

   El Presidente de la Real Audiencia de la Nueva España, dio el permiso a su ferviente adepto, Don Nicolás de San Luís Montañéz, amo y jefe de Xilotepec, para que junto con un ejército de Indígenas Otomíes de la región, hicieran la expedición hacia Querétaro, y así extender su imperio para la causa de los Ibéricos. Salieron de Xilotepec río abajo ( por el poniente), pasando por Acambay, Aculco y Polotitlán (municipios del Estado de México), hasta llegar a una zona caudalosa y después unirse a una zona muy amplia del río, sobretodo por ser temporada de muchas lluvias, guiados por el natural Juan Mexici, llegan al lugar llamado: “YSTACCHICHIMECAPAN” (chichimecas Blancos), para fundar este pueblo y llamarlo: “San Juan del Río”, un 24 de Junio de 1531.

 

   Las exploraciones río abajo siguieron, pasando por lugares de difícil acceso, en las orillas del Cerro Grande y por la cimas de los cerros de la región, para que 20 años más tarde se alojaran en un precioso valle a las orillas del río grande, lugar conocido como el Barrio de La Magdalena, siendo un asentamiento de Indígenas Chichimecas, que posteriormente se integraron los Otomíes. En esta región se encontraban manantiales de agua termal, pero destacaban en la zona de enfrente dos grandes manantiales de agua caliente, en el lugar acreditado como “la Pila”.

 

 

CÉDULA DE FUNDACIÓN:

 

“La  fundación  se  dio  según  Cédula  Real,  del Rey Carlos  V  y firmadas  por  el  Virrey de la Nueva España Don Luís de Velasco,

 en  un  Acto  de  toma  de  posesión  por  Norma  Jurídica,  este documento  lo  da a conocer el conquistador indígena Don Nicolás

 de  San  Luís  Montañez,  acompañado  por   sus   capitanes:  Don Alonso de  Guzmán,  Don  Alonso  de  Granados,  Don  Ángel  de

 Villafrana y el   Fraile  Don  Juan  Bautista;  que con  un grupo de Indígenas Chichimecas y Otomíes,  instalan  una  Cruz de madera

 en  un  improvisado montículo de  piedras,   colocando   un   altar, adornado con  flores  y  hiervas  de la región, todo bajo la       sombra de   un gran mezquite (con más de 500  años  de  antigüedad),  para que   efectuara  la  celebración  del  santo  sacrificio  de  la   Misa,   celebrada   por   Fray  Juan  Bautista;  siendo  el  día   distinguido, el 24 de Julio de 1551”.

 

                 “Al   termino   del   oficio  religioso,  se   bendice   al  pueblo  con el   nombre   de  “SANTA   MARÍA   DE  LA   ASUNCIÓN   Y

                DE   LAS  AGUAS CALIENTES”,   después   Don   Nicolás  de San Luís, vestido de una forma  muy  rara  para  los  naturales,  se

                dirige   e  invita  a  los  indígenas  a  tener  fidelidad  con   el  Rey, prepararse en el estudio de la doctrina Cristiana,  además  de  que

                levantaran  una  Iglesia en este lugar  (es la Capilla que se observa en  el  costado  Norte  de  la  actual  Capilla, ahora utilizada como Sacristía,  con  más  de 450 años de antigüedad),  el  Capitán  Don Domingo  Moreno  hace  la medición del lugar a partir del recinto

               donde se encuentra la Cruz, y empieza a medir, tomando en  mano un  cordel   y   una   vara  de  medir  de  cuatro  varas  castellanas, señalando hacia los cuatro puntos cardinales, diciendo la  oración:

               “EN  EL  NOMBRE  DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD,  DIOS

                PADRE,  DIOS  HIJO  Y  DIOS  ESPIRITU  SANTO,  TRES

                PERSONAS    DISTINTAS    Y    UN   SOLO   DIOS   TODO

                PODEROSO Y DE SU SANTÍSIMA  MADRE  LA  VIRGEN

                MARÍA Y DE SUS MAJESTADES”,  midiendo  las  500  varas

                 indicadas,  posteriormente se hace la elección  de  las autoridades

                 por medio de los votos de los Indígenas, quedando como sigue:

· Gobernador: Don Bartolomé de Guzmán.

· Alcalde: Don Juan Quijano.

· Principal de la Doctrina: Don Miguel Barcena.

 

Resignándolos  a  los  indígenas para que tengan su ganado en el monte  y aprovechar el agua del río para el cultivo de sus tierras, después,  al paso del tiempo, a los naturales se les citaba para ser contados  por  los  caciques  indios,  en  sus  servicios  religiosos cuando se dirigían hacia el atrio del templo,  deberían de entonar himnos religiosos, y así con  el  tiempo  se  fueran  olvidando  de sus dioses antiguos”.

 

   Este pueblo de Santa María de la Asunción, iniciado en el siglo XVI, como un pueblo sujeto a San Juan del Río, pero siempre gobernado por indios, en donde ya para el año de 1556, se tenían noticias en el Arzobispado de México, de los pueblos de Querétaro, San Juan del Río y Tequisquiapan, por los documentos mandados por las autoridades de aquel entonces, conforme a las visitas que tenia el cura de San Juan del Río.

 

   En 1567, los españoles radicados en esta región, aprovecharon el gran caudal de agua que salía de dos manantiales, construyendo “La Pila Grande” y por medio de un gran canal en dirección Norte, abastecer de este preciado líquido a la Hacienda Grande, para poder regar sus tierras de cultivo; ahora este hermoso paraje es conocido como “La Pila”. Tiempo después se edifica otra pila pero más pequeña, junto a la anterior, con la finalidad de que esta agua sea aprovechada para regar mayor cantidad de tierras de cultivo y también poder mover un molino que se encuentra a menos de 100 m., de esta pila, siendo uno de los lugares más hermosos de este lugar.

   Para el año de 1640, esta zona obtiene la categoría de “Pueblo”, ante la autoridad estatal, siendo motivo de orgullo para los pobladores de aquel entonces, por ser gobernado por indígenas, muy destacados, pero con el consentimiento y apoyo de los españoles avecinados aquí.

  

   A petición de Don Juan Pérez Salmerón, en 1656, esta población obtiene la designación con el nombre de “Tequisquiapan”; por ser palabra derivada de la lengua Náhuatl, se menciona “Tequexquitl”, que significa tequexquite y “Atl”, simboliza agua, que juntas quieren decir: “lugar de agua de tequexquite”; este hecho se hace ante el Alcalde Mayor Don Francisco Gutiérrez, y el Escribano, Don Lorenzo Vidal, quedando asentado ante una Cédula Real; posteriormente esta designación la menciona en su informe Don Pedro Martínez de Salazar y Pacheco, quien fuera Subdelegado en San Juan del Río.

 

   En el año de 1691, se tenían las primeras noticias del Alcalde Indio de este lugar, Don Melchor de los Reyes, y de todo su gabinete, este gobernante era el encargado de impartir justicia, además de ser el responsable de la “Caja de Ahorro” de la comunidad, siendo auxiliado por 4 Regidores y un alguacil Mayor; prosperando con el tiempo en un gran soporte para financiar los prestamos al Gobierno, así  como a la Iglesia.

 

   En San Juan del Río y Tequisquiapan, fueron los únicos lugares en donde se tenía Jueces de Cementera, encargados de solucionar exclusivamente los problemas de las parcelas.

 

   El Fiscal de La Iglesia, era el  encargado de traer a los Indios a Misa, pero sobre todo asumía la gran encomienda de catequizar a los niños, se podría decir que tenía la misión de ser un gran maestro de la comunidad.

 

   Para 1697, se asumía como Autoridad principal a Juan Sánchez, como Regidor Mayor a Juan de San Luís, además se tenía existían del 2º al 4º Regidores, más un Escribano, que debería de contar con grandes conocimientos de lo que era su función; los Alcaldes en aquel entonces, por las necesidades de su función,  poseían muchos conocimientos como: haber estudiado en las Escuelas de Indios, especializados en Derecho y en Latín, haciendo toda su labor administrativa ante un Escribano.        

 

   Don Diego García de Mendoza M. entre 1703-1704, se refiere en documentos y después de todo este protocolo se da el reparto de tierras, títulos y concesiones a los que colaboraron  en esa alianza española, otomí; otorgando las mejores tierras a los caciques y soldados que tenían simpatías con el Virrey en turno, todo bajo las costumbres españolas, llamadas merced real, después aparecieron las Leyes de Indias, en las cuales se les otorgaban 500 varas de terreno a los pueblos de indios, midiendo hacia  los cuatros puntos cardinales. Después de la fundación se empezó a crearse la 1ª Hacienda en la región, conocida como Hacienda Grande; más después siguieron las Haciendas de Fuentezuelas, de San Nicolás, posteriormente en los siglos XVII, XVIII y XIX, las de la Laja, Santillán, La Fuente, el Tejocote, San José La Laja, La Tortuga y la de San José Buenavista. Destacando como construcciones de gran importancia, por todo el valor económico que circulaba en la región, a consecuencia de la agricultura y la ganadería que tenían estas propiedades.

 

   En el año de 1738, se cree que se inicia la construcción de la 1ª etapa de la Parroquia de Santa María de la Asunción, con el financiamiento de Don Nicolás Cerrano y el apoyo de los lugareños; otras investigaciones marcan que fue en 1744, cuando ya se tenía la mayor parte del dinero solicitado; terminándose esta etapa en 1785.

 

   Para el año de 1765, se inicia la construcción de la actual Capilla del Barrio de la Magdalena, por que la que se tenía desde la fundación era insuficiente, para dar cabida a todos los feligreses de esta zona, entonces se busco la forma de hacer una colecta para financiar dicha obra, pero fue insuficiente, quedando este recinto por mucho tiempo incompleto, faltándole dos tramos y su fachada.

 

   A raíz de un conflicto religioso con el ganadero de Tequisquiapan, a consecuencia de la perdida de su ganado, mandando derribar un mezquite localizado en el cerro grande, del cual los lugareños de los alrededores le tenían mucha devoción, dando como resultado que el 3 de Mayo de 1777, se inician los festejos de la Cruz Verde en el Barrio de San Juan, siendo en la actualidad una de las festividades más importante del municipio.   

 

   También se dieron reclamos de tierras e inconformidades de parte de los indígenas, teniendo que ventilarse los litigios en las jurisdicciones de Cadereyta y de San Juan del Río. Estos documentos se localizan en el Archivo General de la Nación, unos en el Ramo de Indios, otros en el Ramo de Tierras y otros en el Ramo de Historia.

 

   Se tiene evidencia de que el primer Gobernador de esta tierra en 1781, fue un indio de nombre Atanasio; después en 1788 en la Magdalena, se eligió como gobernante a un tal Pascual Felipe y en 1792, se favoreció a Bartolomé González; todos estos gobernantes fueron excelentes en su mandato. Destacando siempre por su preparación en la administración de los bienes de sus gobernados, sobre todo en las cajas de ahorro y adoctrinando a la población.

 

   El subdelegado de la jurisdicción en San Juan del Río, Don Pedro Martínez de Salazar y Pacheco, en el año de 1793, hace una estudio narrativo relacionado con la jurisdicción a su cargo, ofrendada al Virrey Conde de Revillagigedo, documento encontrado en el Archivo General de la Nación, Ramo de Historia; haciendo una descripción sobre cuantos y que tipo de habitantes existían; sobre los eventos celebrados como bautizos y matrimonios; quienes eran las autoridades indígenas y su forma de vida; su tipo de vivienda; el tipo de tierra y el agua permanente todo el año; algunos españoles ricos y honrados; de las haciendas y sus dueños.

 

 

    Posteriormente este pueblo se subdivide en cuatro barrios, dos en el lado Oriente del río y los otros dos en el Poniente del río, quedando como sigue: el Barrio de la Magdalena y el Barrio de San Juan, en el Este; y el Barrio de San Nicolás y el Barrio de San Pedro, en el Oeste. No se tiene una fecha exacta sobre el establecimiento como pueblo de lo que hoy es el centro histórico de Tequisquiapan, comentándose que fue por la necesidad de pasar al otro lado del río, enfrente del Barrio de la Magdalena, para que los agricultores y trabajadores de la Hacienda Grande pudiesen hacer sus labores, ya que en épocas de lluvia era muy peligroso atravesar el río, teniendo que esperar muchos días para que bajara el nivel del agua y así poder pasar a ver a la familia.

 

   Con la finalidad de proteger las reliquias del Barrio de San Juan, ofrendadas a la Cruz Verde, en 1799, se inicia la construcción de la Capilla antigua de este lugar, tomando el apoyo en sus cooperaciones de los habitantes, que muy gustosos daban su aportación.

 

 

HISTORIA INDEPENDIENTE:

 

   A partir de 1820 por el dichoso Liberalismo que era un proceso de no indios, siendo algo inventado por los españoles para excluir a los naturales del poder, con el pretexto de que no sabían gobernar; pero tristemente era todo lo contrario, ya que los indios fueron muy destacados en sus labores como gobernantes, además de la excelente preparación que recibían, para entrar en la función pública.

 

   Para el 25 de Noviembre de 1821, a las 5 de la tarde, se jura la Independencia en este lugar, teniendo festejos por tres días, con la participación de las autoridades civiles y religiosas; iniciándose con un desfile cívico, encabezado por el Alcalde con su Gabinete, el Cura con su Vicario, seguido de el pueblo, la tropa y finalizando la Banda de Música. La Bandara era portada por el Alcalde, las calles del pueblo estaban adornadas y muy bien iluminadas; en el jardín principal se coloco un templete de madera, para que los oradores dieran lectura al Plan de Iguala, a los Tratados de Córdoba y finalizando con el Acta de Independencia; posteriormente le toco turno al alcalde para pormenorizar el Juramento ante el Ayuntamiento, contestando el pueblo muy entusiasmado, repicándole las campanas de la Iglesia, la Banda de viento con sus clásicas dianas, sin faltar los fotógrafos, imprimiendo sus placas.

 

   En el estrado se colocó un tabernáculo cívico, de bajo de un arco, colocando un águila coronada, con estatuas dando la impresión de envolver a las columnas, unas en verde, otras en blanco y  terminando en rojo, que querrían decir la Unión y la Independencia como “Garantías”; en otras columnas la Justicia y la Fortaleza, en otras, se simularon la libertad de América rompiendo las cadenas de la esclavitud, además se coloco una mampara con la leyenda: “Tequisquiapan fiel pueblo Mexicano, se sujeta al Imperio Mexicano”.

    Las casas del centro fueron pintadas de blanco, adornándose con listones tricolores; colocándose una estatua en forma de columna con cuatro lados, poniendo dos octavas, un soneto además de una leyenda alusiva al evento. Durante estos tres días, la banda musical amenizo de manera incansable, los juegos artificiales con sus cohetes no cesaron, se hacían brindis en la casona municipal, sin faltar los emocionantes vivas a los personajes de la libertad, así como a la Independencia. Las damas de todas la edades, se vestían de blanco desde el sus zapatos hasta su tocado,  con banderas y arcos tricolores en sus manos, participando en un desfile vespertino, mostrando el gran entusiasmo por el evento realizado.

 

   Al convertirse Querétaro en Estado de la Federación Mexicana por la grandiosa defensa del Doctor Félix Osores (21 Dic. 1823), para el 6 de Enero se tiene terminada la Constitución de 1824, más adelante por indicaciones del Congreso Constituyente se hace la delimitación política del territorio, y en Agosto de 1825, se hace pública esta demarcación,  los 6 Distritos son: Amealco, Cadereyta, San Pedro Tolimán, Querétaro, Jalpan y San Juan del Río; en el cual Tequisquiapan queda integrado al Distrito de San Juan del Río.

 

   El Código de las siete Leyes de 1836, convierte a la República en Centralista, los Estados se transforman en Departamentos, a Querétaro lo subdividen en tres Distritos (Querétaro, San Juan del Río y Cadereyta), con seis partidos, incluidos entre doce Ayuntamientos, de los cuales Tequisquiapan estaba incluido entre estos. 

 

   El 4 de Febrero de 1861, estando como Presidente de México Don Benito Juárez García, como Gobernador del Estado, el célebre General Don José María Arteaga, mártir de la Reforma y algunas veces Gobernador de Querétaro, firmando un Decreto en donde en su Artículo 2º menciona que este pueblo sea enaltecido a la categoría de Villa, con el nombre de “Villa Mateos de Tequisquiapan”, a la memoria del ilustre Licenciado Don Manuel Mateos, quién fuera Secretario de Gobierno del Estado y una de las victimas de Tacubaya (11de Abril de 1859); quedando inscrito el este nombre en el salón de Gobierno, demás se levantaría un monumento en donde se colocará la estatua de tan importante personaje (LIc. Manuel Mateos).

 

   Corría el año de 1868, y la población seguía sufriendo los estragos de las inundaciones, hasta que con la contribución de los dueños de la Hacienda Grande y de los habitantes de la región, se construye un puente de madera para unir los cuatro barrios, el de la Magdalena, el de San Juan, el de San Pedro y el de San Nicolás (estos dos últimos ahora son la cabecera municipal), ya que constantemente se tenían perdidas humanas al intentar atravesar el río San Juan, por la necesidad de trasladarse a sus trabajos o reunirse con su familia; y para evitar estas desgracias se tubo la acertada idea de dicha obra monumental en madera, pero la fuerza del agua en la temporada de lluvias derribaba una parte de dicho puente. 

 

   Los problemas seguían en el territorio, teniéndose un levantamiento en Tequisquiapan, en apoyo del Pabellón Revolucionario, el 5 de Diciembre de 1871, dicha revuelta fue dirigida por Don Luciano Frías Soto, consiguiendo reunir a 100 valientes Tequisquiapenses, a la causa de Don Porfirio Díaz.

 

   Al modificarse la “Constitución Política del Estado Libre, Soberano e Independiente de Querétaro de Arteaga”, el 16 de Julio de 1879, a consecuencia del triunfo de la República de el 15 de Mayo de 1867, desvaneciéndose el 2º Imperio, con el fusilamiento de Maximiliano, en el “Cerro de las Campanas”, se Promulga una nueva Constitución Local el 18 de Enero de 1869, cambiándose la Constitución en 1879, en donde el Estado se divide en 6 Distritos, con 23 municipalidades, incluido Tequisquiapan.

 

   La educación juega un papel muy importante en la superación de un pueblo, con el antecedente de los Gobernadores Indios, después de la Conquista, quienes eran los encargados de catequizar a los niños, ya para el año de 1882, en Agosto, entra en funciones la “Escuela Municipal  de Tequisquiapan Nº 1”, en la cabecera municipal, con el apoyo del Ayuntamiento y de la población; pero todo esto fue coordinado por el Ilustre Profesor  Tequisquiapense, Don Rafael Zamorano Morales, siendo un hombre muy motivador y entusiasta promotor de la cultura en el Estado. Al siguiente año inicia también con las labores educativas en el Barrio de la Magdalena, con la “Escuela Municipal Nº 2”, sacando de la ignorancia a la juventud de aquella época.

 

   Para 1883, entra en funciones la Oficina de Correos en la cabecera municipal, siendo el más importante medio de comunicación en la región, designándose Señor José M. Ortiz, como el primer encargado de dicha dependencia, seguido del Profesor  Zamorano, hasta nuestros días por el Señor Samuel Castillo, en donde dicha agencia se encuentra en la calle José Ma. Morelos y Pavón, en las instalaciones del auditorio municipal del centro histórico de este municipio.

 

Por iniciativa de la autoridad, así como de la población en general, al ver que los alumnos recibían sus clases en una casa particular, teniendo muchas incomodidades para los Educandos al recibir sus clases y de sus Profesores para impartir sus conocimientos, en el año de 1888 se adaptan las aulas de una casona para la 1ª Escuela municipal, existe una placa que dice: “En el año de 1820 Don José Manuel López, cedió a la instrucción el terreno que ocupa este edificio, y en 1821/ el Señor cura D. L. Conejeras, de acuerdo con el Y. Ayuntamiento reglamento inauguró este plantel./ La juventud de 1910 y sus profesores les/ dedican este recuerdo de gratitud”. Dando a entender que ya existía instrucción educativa desde aquella época, pero de manera privada. Toda esta construcción se encuentra entre las calles Guillermo Prieto, Niños Héroes y José Ma. Morelos, como calle principal; ahora este lugar es conocido como Auditorio Municipal.

 

Tequisquiapan siempre se a destacado por las grandes evocaciones, destacándose una a nivel nacional como el Decreto donde el Congreso y el Ejecutivo de la Nación Don Porfirio Díaz, establece que el 12 de Octubre de 1892, sea considerado como “Día de Fiesta nacional”,tanto en la Capital del Estado como en esta cabecera municipal se dio una gran conmemoración los días 11 y 12 del año y mes mencionado, sobre el encuentro de dos mundos, en su IV centenario, este evento fue coordinado por el Ilustre Profesor Rafael Zamorano Morales, quién poseyó la grandiosa idea de hacer tan memorable evento; se inicio por la mañana con la Inauguración del salón exclusivo para la niñas, obra verificada por el C. Gobernador del Estado Don Francisco G. de Cosío; por la tarde se preparo una demostración con el grupo de niñas, junto con kermés para recaudar fondos; a otro día por la mañana los jóvenes egresados de la Primaria junto con el Sub-Prefecto, en una gran algarabía de repiques de campanas, salvas de cohetes y proclamas de la población, se hicieron los honores cívicos; posteriormente en la tarde se dio un desfile cívico por las principales calles del municipio, haciendo representaciones de diferentes oficios, terminando este desfile por las principales Autoridades del este lugar, después se trasladaron a un tapanco para escuchar discursos y poesías; en la noche se estreno la pieza dramática “La Unión de los Hemisferios”, bella obra compuesta por el Profesor Rafael Zamorano Morales, interpretada por sus alumnos más destacados del momento.